Ya han pasado 50 días desde la explosión de la plataforma petrolífera de BP en el Golfo de México, en ella desaparecieron 11 trabajadores y dejó abierto un pozo por el que fluyen toneladas de petróleo cada día.
Desde el principio la situación era complicada, el derrame se encontraba a un kilómetro y medio de profundidad y la compañía petrolera no contaba con un plan de emergencia. Así que a improvisar: se han usado disolventes y se ha intentado cerrar la fuga con una inyección de lodo…pero nada, de momento lo que consiguieron el pasado viernes fue colocar una campana que tapona el pozo y está recogiendo aproximadamente la mitad del petróleo que surge cada día. Ahora el problema es qué hacer con todo ese petróleo porque los barcos se les quedan cortos y “el grifo” sigue abierto. Este grifo vierte al mar nada menos que 33.000 barriles al día, es decir ¡5.247 toneladas de crudo diarias! según el grupo Ecommfit de la Universidad Rovira i Virgili.
Echando cuentas más de 5.000 toneladas de crudo por 50 días…igual a una mancha gigantesca que se extiende por el océano arrasando con toda la vida que encuentra por delante. Ya no es una masa uniforme, está comenzando a dispersarse lo que dificultará aún más su recogida y la cosa amenaza con ponerse peor cuando empiece la época de los huracanes. En las playas saben que lo peor está por llegar.
Un desastre ecológico como pocos que nos deja con la tristeza de ver desaparecer de golpe tanta y tanta biodiversidad y con la impotencia de no poder actuar.
Yo estoy con Paloma (en la morada) y lo que quiero es que el petróleo se acabe pronto, parece que será la única opción de que avancemos hacia las energías renovables
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